LAS MORAGAS EN MARBELLA Y SAN PEDRO ALCÁNTARA (MÁLAGA)
La tradición de las moragas – o asar sardinas a la caña –
forma parte indisoluble del patrimonio inmaterial marbellí y de toda la costa malagueña, de Manilva a Nerja.
Ya la sardina de Marbella, su materia prima, se la conocía
como una de las más exquisitas de todo Al-Andalus.
El nombre de moraga proviene de la etimología
mozárabe ‘’mawráq’’ y se le denomina así al acto de asar con fuego de leña
y al aire libre frutas secas o peces pequeños.
El historiador marbellí,
Francisco Javier Moreno, que ya ha firmado la adhesión y sigue de cerca este
proyecto, rescataba de sus archivos a los cronistas musulmanes que testimonian
la consideración de la sardina de la bahía de Marbella como una de las más
exquisitas de todo Al-Andalus: Ibn al-Jatíb, «Que es una población abundante en
huertos y viñas y sobre todo en pescados entre ellos en sardinas de gran
calidad».
Esa calidad continuó tras la
Conquista y Pedro de Medina en «las cosas memorables de España» en 1545 las
subió de categoría: «Las mejores sardinas de España están en Marbella». Esa
idea ha quedado para la posteridad como versó Joseph Pérez de Montoro, poeta
del siglo XVII, «Que en Motril la caña dulce, en Málaga la patata, en Marbella
la sardina, en Gibraltar la caballa y en Alicante el turrón». O la cita de Juan
Antonio Estrada en 1746 «su marina es abundante de regalada pesca, en
particular de sardinas afamadas".
Una leyenda cuenta que el origen de las moragas se debe a
los pescadores que salían a faenar durante horas mientras sus familias los esperaban
en el rebalaje del mar, al abrigo del calor de una hoguera que cuando llegaban
servía para calentar a los ‘’marengos’’ y asar el pescado que traían.
''La Moraga'' del pintor Horacio Lengo y Martínez de Banos en el Museo Municipal de Málaga. |
Moragueros o espeteros con sus familias en Marbella. Años 50-60. |
Esta fiesta popular del verano junto al rebalaje representa
uno de los signos distintivos de nuestra cultura gastronómica. En ella, no puede
faltar un buen fuego, sal gorda, unas cañas, una caja de sardinas pescadas en
nuestra bahía y la pericia de un moraguero (o espetero) que sabrá asarlas en el
calor de la flama hasta dorarlas en su punto justo.
Desde hace unos años, el tradicional espeto malagueño es candidato a ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Todos los municipios de la Costa del Sol (Manilva, Estepona, Marbella, Mijas, Fuengirola, Torremolinos, Benálmádena, Málaga, etc.) están aunando esfuerzos para conseguirlo, organizando, además, numerosas actividades reivindicativas como el Día del Espeto, celebrada simultáneamente en todas estas localidades.
En San Pedro Alcántara, también existe una gran tradición en la celebración de las populares moragas. Por eso, en 2016 se instalaron barcas-barbacoa para que todos los vecinos puedan disfrutar de esta tradición, especialmente en la temporada de verano, lo que pone en valor este importante recurso turístico gastronómico de nuestro pueblo y de toda Málaga.
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